domingo, 21 de junio de 2009

Buscando curro...

En vista de que la colaboración del Gobierno con mi experiencia yemení está llegando a su fin y que la situación laboral en España está más bien cruda, especialmente en el sector periódistico alcarreño (saludos a los compañeros y ánimo a todos), el otro día, dándole vueltas a mi futuro con los colegas del hammam llegamos a la conclusión de que me tenía que quedar a trabajar en Yemen. ¿Y de qué?, pregunté yo. Y entre todos, con la voz cantante del tío Jaali, barajamos tres posibilidades acordes con mis capacidades y nivel de comunicación.
Currar en el té. Hay teterías repatidas por toda la zona vieja de Sana'a. Son cuartillos donde un fulano hace un té hiper-dulce que la gente consume al tutiplen, especialmente después de escupir el qat. Estos negocios cuentan con un oficial, el 'maestro' tetero (diremos) y uno a varios ayudantes que se encargan de repartir el té, lavar los vasos y, sobre todo, recogerlos de los muchos negocios aledaños a los que esto llegan a parar en unos portavasos diseñados al efecto. Lo bueno, que es fácil. Solo hay que ir preguntando a todo el que te cruzas 'Aina el'klass', donde está el vaso, y sumarlo a la pila que llevas.

Cogiendo vasos por la calle. No convenzo a nadie. Dimito.
Lo malo, que los negocios son familiares y no es fácil hacerse hueco. De hecho, el amigo Murad que a esto se dedica, afortunadamente no se nos ahogó en la piscina el otro día, me ha dicho que yo no tendría mucho éxito, que mejor montamos otra tetería con alguna de las estudiantas de árabe y seguro que el personal les haría más caso que a mi y les compra más tés.

Visto que el negocio del té no era para mi me sugirieron currar con una moto-taxi. Lo bueno, que se llevar una moto y así podría recordar lejanos tiempos de repartidos de sandwiches en Madrid. Además los fulano-moteros llevan tanto cuidado con sus clientes como en España con las pizzas. O sea, poco. Con Adel en la moto. Principio y fin de una prometedora pero fugaz carrera profesional.

El inconveniente mayor de esta opción es que apenas conozco las calles, de hecho fuera de la ciudad antigua solo dos, y no parece muy bueno dejar en manos del tipo que llevas la elección del camino porque lamayoría tampoco tiene ni idea de por donde se va donde quiere. Además hay mucha competencia y conducen de una forma tan imprudente que si yo les llevara no habría emoción y seguro que su vida correría más peligro porque los coches, sus conductores vamos, no están acostumbrados a que la gente se pare en los stops ni ceda el paso a nadie.

Así que después de barajar estas y otras opciones hemos dado con el curro ideal:
Estrenando la carretilla... Menuda emoción!!
La carretilla, o arabía como se llama aquí. Es fácil, hay que plantarse en el zoco, estar atento por si alguien grita: Iaa arabíaaaa!!!, acudir presto, cargar las cosas que el fulano ha comprado y llevarlas siguiendo sus pasos. No hay que hablar mucho, los precios se ajustan con facilidad, la ciudad está plagada de chavales que me pueden enseñar el oficio (muchos anuncian su paso con un chirrido de ruedas que reclaman aceite en un prolongado lamento, no les hacen caso) y no hace falta carnet, permiso ni papeles de ninguna clase. Solo comprarme una carretilla y empezar. Hoy he dado mis primeros pasos y no se me da mal del todo. Veremos. A pasarlo bien que casi es San Juan!!

PD: El amigo Ali Yahuas se encargó de las fotos, gracias. Las vieron sus padres y todos los vecinos, que después de examinar mi maneras a los mandos de la arabía me recomendaron, con mucho cariño, aplicarme con el árabe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres grande, Pablo Ignacio, muy grande. Te quiero. Antonio Herraiz.

Anónimo dijo...

Tu eres el continuador de esa tradicion espaòola de emigrantes que se buscan el curro por el mundo. Te sugiero que en la carretilla cuelgues un transistor con las canciones de Manolo Escobar (en vez de mi carro, mi carretilla) o la famosa de Juanito Valderrama "el emigrante".
Ya terminare de leer el blog, que me incorporao un poco tarde.
Abrazo fuerte del Puma y la Olga desde Italia.
Salute