domingo, 28 de junio de 2009

Un partido... casi

Este fin de semana yemení he ido al fútbol.
Vistiéndo los colores de 'mi equipo del alma' en el bus camino del estadio...
El título se decidía en casa entre el Ahli (la Gente) de Sana'a y el Hilal (?) de Al'Hodeidah. El que ganara se llevaba el campeonato a sus vitrinas y el empate beneficiaba al Ahli que en el último mes ha desperdiciado una ventaja de 12 puntos sobre el Hilal. Durante toda la semana el ambiente estaba calentito: Que si el presidente del Hilal ha ido comprando partidos y va a pagar al árbitro, que si al ser también el presidente de la Federación ha ido amañando la competición para perjudicar al Ahli, que si los árbitros están contra nosotros y más cosas por el estilo que satisfacen el gusto de los yemeníes por las conspiraciones.Polis, jugadores, árbitros y, al fondo, la grada presidencial. Todo armonía!
Así el sábado en vez del viernes como estaba previsto, porque no ese día no podía ir ninguna autoridad a entregar la copa o porque amenazaba lluvia o porque al Hilal le convenía y su presidente hace lo que quiere con la liga (razones todas que me han dado para el cambio), el ambiente en el campo era impresionante. La hinchada del ahli de rojo animaba a los suyos, los del Hilal, de azul, hacían lo propio en franca minoría antes de comenzar el encuentro. Himnos, foto de familia, saludos para asegurar el fair-play y empieza el partido.Minutos iniciales: jugadores jugando y público animando.
El Ahli toma la iniciativa y ataca más aunque con poco peligro. El Hilal, con un tipo que parece Ronaldiño, se defiende y da fuertes patadas al balón al viejo estilo inglés. En las gradas el público se va relajando porque parece que el partido sa a ser del Ahli hasta que en el minuto 30 de la primera parte el árbitro se saca un penalti de la manga a favor del Hilal y se arma el lío. Un tipo bastante robusto salta al campo, la poli lo placa un poco, como el tipo se resiste con éxito (me dicen que es un oficial) le piden por favor que abandone el campo. Mientras le escoltan unos cinco polis el fulano coge una bandera y la agita mientras la grada le jalea enfervorizada... Tras unos momentos de incertidumbre el árbitro pita para que chute el delantero del Ahli y GOOOL... El tipo que se iba pacíficamente a su casa se da la vuelta, entra corriendo en el campo, los polis le siguen con pocas ganas, el fulano - bandera en la mano - enfila hacia el árbitro que trota también para escapar del energúmeno que esprinta con ganas y se acerca lo suficiente para darle un estacazo con el palo de la bandera antes de que se le echen encima los polis, los futbolistas y un grupo de gente que había cerca de donde el árbitro intentaba refugiarse.

Se monta un buen mogollón bajo la grada de presidencia, momento que aprovechan los seguidores del Ahli para denunciar a gritos que el Hilal ha comprado al árbitro y amenazar con saltar al campo. Los antidisturbios, viendo lo que se les viene encima y con pocas ganas de acabar magullados, intentan que la gente se calme enseñando las porras pero sin usarlas. En ese momento; con gritos en la grada, mogollón en el campo, más jaleo en la zona noble entre los presidentes de los clubes y cuando los jugadores del Ahli tienen que sacar del centro tras el gol; alguien del club decide que 'ya está bien, hombre, esto es una tomadura de pelo, el árbitro está comprado, vamonos a casa' y hace que los jugadores se retiran a la banda. Como si de una señal se tratara, cientos de personas del público se lanzan al campo a animar la fiesta... Ya está todo el mundo en la hierba: los jugadores y cuerpo técnico, las fuerzas del orden, la banda musical, policías de paisano, seguidores del Ahli, chavales que aprovechan para descuidar un balón, los responsables de los dos equipos...


Después de un ratillo en la 'verbena' los aficionados vuelven a la grada pero parece que los futbolistas no tienen ganas de jugar y hacen el paripé en la banda. Se rumorea que los presidentes se han sacudido un poco, que otro fulano importante ha sacado la jambia para poner orden y que ahora están discutiendo lo que hacen mientras se toman una tila. En la grada aprovechamos para dar trabajo a los chavales de las pipas, helados, chicles, tortas de cacahuetes y de semillas de sésamo pegajosasa y dulces, vendedores de una especie de judías que comemos con pimienta y aguadores que sirven vasos por 10 riales... También nos entretenemos con un chaval, de seis o siete años, que se ha puesto a hacer malabares con el balón en el campo y parece un pequeño Maradona. El público le jalea, la prensa le hace fotos y le saca por la tele y los jugadores de los dos equipos están sentados en la hierba... joder, si esto es un pic-nic. Solo faltan la barbacoa y la panceta!!!

Al final, el partido, como parecía, se ha suspendido hasta nueva orden. Hoy, domingo, se han reunido las directivas para decidir lo que hacen así que mañana sabremos cuando se jugará (siempre y cuando no se líen a tortas entre los presidentes o los subalternos que a mi no me extrañaría porque han quedado por la tarde e irán todos serviditos de qat). Nosotros volvimos a casa con la tripa llena, yo de helados, pero aún tuvimos tiempo en el autobús de gritar un poco más discutiendo con otros viajeros y todo el que nos cruzabamos en el atasco si había sido o no penalti o si el presidente del Hilal, que es también de la Federación de Fúrbol, tiene o no amañada la competición...

Saludos a todos y a pasarlo bien!!

PD: De los nuestros mejor no hablamos.

2 comentarios:

Borja dijo...

Muy divertidas esas jornadas futboleras en Yemen. Habría que organizar un amistoso entre el Ahli y el Deportivo Sigüenza, y de árbitro el Cañamón, así no hay problemas de amaños.

Un saludo y ya nos contarás como vives el San Fermín Yemení.

anonimo dijo...

Buenas Pablete! En espíritu aventurero no hay quien te gane. Muy bueno tu blog y todo lo que cuentas de Yemen. Menuda experiencia, disfrutala al máximo. Estuve en Sigüenza con periodistas guada y me tomé una copa con tu tio el cura, muy majete. Y tu pueblo, inigualable. Cuidate mucho y si ya estás con la carretilla, ojo al cruzar las calles.

Un fuerte abrazo
Victoria Rodríguez