sábado, 6 de junio de 2009

Hadramaut uno...

Un destino obligatorio turisteando por estas tierras de Allah, es la región de Hadramaut. Es la penúltima antes de llegar a Omán y tiene un bastante de desierto, otro bastante de wadis (cursos de agua estacionales que riegan unos campos muy productivos) y un puñado bueno de costa con playitas paradisiacas de las que ya hablaremos.En estos tiempos de zozobra en el país, el mejor medio para los extranjeros de llegar allí es en avión. A un precio razonable y en menos de una hora te plantas en Saiyun, la ciudad importante del norte, tras haber sobrevolado durante 45 minutos zonas desérticas y haber tenido una buena perspectiva aérea de la ciudad de Shibam. En el aeropuerto te espera el fulano que te conducirá por estas tierras, en nuestro caso un tipo larguirucho con rasgos etiopes que tenía la pachorra de los cubanos, y con ese nombre se quedó.

Palacio Al'Kathiri de Seiyun.
Aquí lo más destacable es un edificio blanco enorme que es lo más limpio de la ciudad. Parece que dentro hay un museo que, según una guía no ofrece nada de particular y según otra si tiene cosas que ver, pero que no pudimos visitar porque estaba cerrado. Este palacio hace las veces de oficina de la policía turística y aquí fichamos al primer soldadito que nos acompañó kalasnikov en mano en nuestro deambular hadramí.
Las protagonistas de esta epopeya y uno de los amables funcionarios del fusil.

Ya que el turista ha venido hasta aquí, no le cuesta nada acercarse hasta Tarim, una ciudad (?) de marcado espíritu religioso. El edificio más importante es una biblioteca con unos, dicen, 6.000 volúmenes sobre el Islam que vienen a consultar especialistas de todo el mundo. La parte que te dejan ver tiene algunos mal expuestos con mapas antiguos, explicaciones matemáticas, algún Corán y otras cosas que ni entiendes ni te explican. Eso si, puedes comprar (tras regateo) unas malas reproducciones de alguna de las páginas más coloridas de esos incunables.
Uno de los palacios abandonados... debió tener buena pinta, no?
En Tarim también hay varios palacetes venidos a menos con un aspecto de lo más decadente pero que en su día hicieron de la ciudad algo más importante. Los levantaron en los años 20 del siglo pasado los emigrantes que hicieron fortuna en el pacífico. El que visitamos, con algunos detalles modernistas, lo hizo un tipo que en Indonesia se hizo rico gracias a los hoteles. Cuando se cansó volvió al pueblico y se hizo una mansión al tutiplén. Desgraciadamente sus hijos, con un criterio que comparto, después de conocer el frenesí de la vida ciudadana se dijeron: que coño hacemos nosotros aquí!! Se fueron a vivir la gran vida a Sana'a (es otro decir) y así está el pobre palacio, con las ventanas rotas, los techos medio hundidos, los muebles abandonados... Aun así hay un tipo que te lo enseña y, creo recordar, hasta te cobra entrada por hacerlo. De esa relación de Tarim con el sudeste asiático quedan los numerosos jovenes de aquella región del mundo que hasta aquí vienen en verano a estudiar el Corán en profundidad y recordar el árabe de sus ancestros. A alguno vimos, con gorritos blancos impolutos, caminar por las calles polvorientas con los libros religiosos bajo el brazo.
Mezquita de Tarim y un montón de cables al aire.
A mi, lo que más me impresionó de este pueblo fueron unos trozos de pescado seco que parecían cuñas de madera de lo seco que estaba... ni idea de como se come eso, aunque si lo tienes a mano y te ataca alguién lo puedes utilizar como arma arrojadiza. Pero la visita 'de verdad de la buena' en Hadramut es Shibam, la ciudad con los rascacielos más antiguos del mundo que se levanta en pleno desierto y de la que hablaremos otro día. Hasta entonces os dejo con una vista general al atardecer (tomada desde el punto en que unos turistas koreanos tuvieron un mal encuentro).

Un saludo a todos y a pasarlo bien.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pablo,

me dijeron que habian 3 espanyolas a menos de 100 metros de esos pobres coreanos:(

Ignacio.

Chicho dijo...

Bueno, bueno, bueno... Así que ya estás de nuevo en Yemen. Procuraré, a partir de ahora, estar atento a tu blog y deleitarme con tu prosa.

Se me viene a la memoria la última vez que nos vimos, en el cumple de Goyo. Recuerdo que te hablé del por qué de mi desaliñada apariencia capilar; bueno, pues aquí tienes la explicaión gráfica. Esta es la caracterización que me monté para representar el monólogo de Anton Chéjov con el que ando liado:

http://www.fotolog.com/kataplaxma

Deseo que lo pases bien por tierras yemeníes y que aprendas mucho árabe.

Saludos!

Chicho

Borja dijo...

Nacho, disfruta de tu viaje y eperiencias por tierras yemeníes. Por lo que veo ya lo estás haciendo, sólo te falta dejarte otra vez el bigotillo.

Un abrazo desde el eje Madrid-Tenerife- Sigüenza.

Ah, dale duro al Qat