sábado, 19 de julio de 2008

... y ayer lo masticamos.

Sin animo de exagerar y con perdón. Da la impresión de que los yemenies de hoy dia tienen dos religiones. El Islam, que los conducira al paraiso, y el Qat, que les ayuda a hacer mas llevadera la estancia en este valle de lagrimas. Dicho esto nos vamos al zoco del qat para adquirir el producto. En Sana’a y el resto del país hay muchos y variados y en todos diferentes tipos y calidades. En un viaje por las carreteras de este país no es raro que el conductor del autobus o taxi multitudinario pare en algun punto del trayecto para comprar qat. Momento que aprovechan todos los viajeros para hacer lo propio en vez de protestar por el retraso.

Bueno, pues en el zoco nos paramos delante de un fulano, cogemos la bolsa que nos da, la abrimos, miramos un poco para ver que las hojas tienen un verde saludable, lo olemos para comprobar que esta fresco, no nos convence y hacemos lo mismo con otra bolsa que le hemos pedido. Esta si, este qat tiene mejor pinta asi que preguntamos el precio. Al ser guiris el tipo dira una barbaridad asi que regateamos un poco y compramos por la mitad de lo que nos habia dicho y que siempre sera mas de lo que les cuesta a los paisanos. Ver comprar a los yemenis es un espectaculo. Algunos son verdaderos maestros. Si el vendedor les dice 800 y ellos calculan menos cogen la bolsa y con un desprecio infinito le tiran al regazo los billetes con el precio que consideran apropiado, 500 por ejemplo, y se piran mientras el otro protesta un poco hasta que cede. En esto el amigo Abdu es un genio y una risa verle lidiar con los vendedores.

Una vez en casa lavamos un poco el qat para quitarle el polvillo y no coger una infeccion con los fertilizantes o lo que sea que le echen para que crezca bien lozano y ya estamos listos para masticar. Esto se hace en cualquier sitio. El curro, una tienda, en un agujero con los colegas, la calle o en un mafrag, una habitacion especial para darle al qat y que suele estar en el ultimo piso de las casas de Sana’a con ventanas a los cuatro puntos cardinales y que tiene muy buenas vistas, sin duda el mejor sitio. Empieza la sesión y comenzamos a meternos hojas en la boca. Si uno quiere hacer una bola decente es importante no masticar mucho el qat. Un par de bocados es suficiente y al carrillo donde iremos acumulando poco a poco el qat bien regado con tragos de agua que consumiremos con alegria ya que el qat aumenta la temperatura corporal por lo que al masticar sudaremos y es conveniente hidratarse bien si no queremos que esto nos siente mal.

Alguien me ha dicho que los efectos del qat son similares a los del extasis. No tengo elementos de juicio pero lo que esto hace, si es decente, es: al principio hacerte hablar asi que en las primeras dos horas de una sesión la conversación es muy animada, la gente hace bromas y se rie bastante. Progresivamente los asistentes van entrando en un pequeño sopor en el que empiezan a pensar en sus cosas y casi nadie dice una palabra. Cuando uno se ha cansado recoge la botella de agua, se tapa bien tapado y se marcha mascullando un adiós. Ya está, ya hemos tomado qat. Llega el momento de escupirlo (se puede hacer en la calle con total tranquilidad y por las noches las esquinas de Sana’a son buenos ejemplos de ello), enjuagarse para eliminar los trozitos que se cuelan debajo de la lengua y que son bien incomodos y tomarse un te con leche para volver a nuestro ser. Si es por la noche nos va a costar un buen rato coger el sueño pero da igual. Vamos un poquito colocados, “mujatir” es la palabra, y el tiempo nos pasa en un suspiro mientras pensamos las cosas mas peregrinas. A mi me dicen que con el qat puedo viajar mentalmente a España... aún no lo he conseguido pero si que te entretiene y te quita preocupaciones. Esta gente dice que esto es bueno para el sexo. Tampoco lo he comprobado... pero si todos lo dicen por algo será aunque con el meneo que esto te da a la próstata no lo tengo tan claro. Ale, a pasarlo bien que yo ya lo hago.

PD: En una sesion de qat un yemeni puede beber dos litros de agua y no mear en ningun momento. En Yemen se gastan una media de 400-500 riales en el qat cada día. Según algunas estadísticas hay gente que dedica mas de la mitad de su presupuesto a ello. Mi impresión es que su consumo está mucho más extendido que hace seis años. En el resto de países del mundo el qat es considerado una droga. Aquí no. Debido a su consumo prolongado y a la cantidad que mastican, algunos yemeníes tiene deformados los carrillos siendo uno mucho mas grande que el otro hasta extremos inimaginables. Tambien tienen un poco tocados los dientes habiendo convertido a los dentistas en una de las profesiones mas rentables por detras de... los comerciantes de qat.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Curiosas las fotos de todos vosotros comiendo kat a un carrillo. Me da la impresión de que es un país fumao... mientras no se exalten.
Como buen escéptico creo que la imensa mayoría del planeta se empana o anula con algo... no nos vamos a llevar las manos a la cabeza. Que cada uno piense lo que quiera.
Disfruta a saco de parte del Puma.
Salute