domingo, 1 de junio de 2008

Boda yemení...

Una y no mas Santo Tomás. Las bodas en Yemen son un rollo y con haber estado en una es suficiente para toda una vida. De hecho sin qat, que no tenía, es como si hubieras estado en ella toda la vida de lo largas y monotonas que son (si tengo que sufrir otra iré bien provisto de verdín). Supongo que para el contrayente es distinto ya que por fin, después de años de espera, llega a la meta. Como ya dije estamos en temporada alta de bodas que se celebran los miércoles y los jueves y el otro día estuve un rato en una. La cosa empieza con el acuerdo entre las familias para casar a los niños y un ajuste comercial que el novio paga por llevarse a la moza y que ella guardará por si la cosa sale mal y tiene que buscarse la vida (apunte: divorciarse aqui es mucho mas fácil que casarse para los mozos, con repetir tres veces ante dos testigos que te divorcias ya está hecho y vuelve a ser soltero. Las mujeres no creo que tengan ni derecho a divorciarse). Bueno, que el tipo paga entre 600 y 3.000 dolares y la boda se prepara.

La celebración consiste en una comida para la familia y amigos más cercanos y en una masticada de qat soberana con música en una carpa habilitada al efecto. Este es un resumen porque para hacer todo esto echan el día entero. El traslado de la casa donde se come a la carpa donde se mastica parece una procesión de Semana Santa. El novio da dos pasos, se para, se hace unas fotos con los que pasan y le felicitan, vuelve a andar un par de pasos, se para, se hace unas fotos con los que se acercan a felicitarle, da tres pasos, se para... Mientras, los alegres animadores berrean con un par de micrófonos jaleados por la masa que hace los coros en un lamento que se escucha a kilómetros de distancia debido al volumen al que esta gente pone los altavoces. Después de un año, más o menos, cuando los que gritan se han quedado sin garganta y las cámaras sin batería el novio, supongo que ya harto de que le den besos un montón de fulanos, acelera el paso y se planta en la carpa de la "fiesta en serio". Para cuando llega todo el vecindario ha tomado posiciones y hace un rato que está masticando qat con lo que el lugar parece una pocilga. Al llegar el novio lo hace también el grupo de música, laud y pandero (o algo así) que afina los instrumentos y deleita al personal con la primera pieza. Las canciones yemenis - algunas suenan muy bien - duran mucho, demasiado, con lo que después de cada una el esfuerzo hace que el cantante descanse durante un cuarto de hora por lo menos. 15 minutos en los que aprovecha para meterse en la boca la mayor cantidad de qat que puede almacenar sin que luego lo escupa al cantar poniendo perdidos de baba verde a los que le rodean.
El novio hace un rato que ha ocupado su sitio principal en una especie de estrado al final de la carpa donde hace lo mismo que ha estado haciendo durante las últimas horas: hacerse fotos con tipos que le felicitan y le dan besos. Entre medias también se mete qat a la boca. Según me han dicho qat del mejorcito que ya lleva masticando un mes "para que le de energía en su primer encuentro íntimo con su ya esposa y esta compruebe como las gastan los yemenís". Y el resto de los invitados, que ya digo están invitados todos los habitantes de la ciudad a condición de que lleven su propio qat, hace lo propio y se pelea por las botellas de agua que cada poco va trayendo la familia del novio y que junto con la carpa y el grupo son sus aportaciones para el éxito de la fiesta.
De la novia ni rastro. Lo celebra en otro sitio con sus amigas, vecinas y familiares que hacen lo mismo que los hombres, más o menos, comer, bailar algo y darle al qat. Una amiga que estuvo en una boda invitada por la novia me dijo que debajo de las sabanas negras que llevan se esconden vestidos de los más "glamouroso" con grandes escotes, lentejuelas, colores chillones, etc, etc... Una parte de las bodas que nunca veré, desgraciadamente. Yo intenté explicarles como lo hacemos en España y lo bonito que es echar un pasodoble agarrado a una moza. A pesar de mi esfuerzo si lo entendieron no les gustó porque en una larga - como la boda - conversación me explicaron (creo) lo bueno que es que las cosas se hagan como aqui y lo desastroso que puede ser juntar a hombres y mujeres que no se conocen en una habitación. ¡Y que lo digan!

¡SUERTE, MAJO!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado tudescripcion de la boda, me he divertido mucho, eres el mejor.besos.Amparo

Anónimo dijo...

Sigues emocionándome, campeón. Un abrazo desde La Alcarria, ese hermoso país al que la gente no le da la gana de ir. Ni falta que hace. Antonio Herraiz.

Anónimo dijo...

Bueno Will. Tú eres el siguiente en casarte. Ya sabes que aquí la boda es más divertida pero lo que le sigue no es tan fácil. Sólo se pueden divorciar los ricos. Yo de momento voy bien con altibajos pero bueno...
Un fuerte abrazo. Raul

Anónimo dijo...

Anda que no nos echariais de menos en una boda.... con nuestros trajes y nuestros taconazos que no podemos ni andar...

Unknown dijo...

aaa