Uno de agosto. Con una resaca de qat bastante notable cogi un taxi compartido en Amman, Jordania, para ir a Damasco. En la frontera, tras dos horas de espera, consigo el visado (que estaba en manos de Allah, segun el poli que me toco en suerte). En Damasco primer encontronazo con los avispados taxistas sirios ("Todos son Ali Babas (chorizos)" me dijo uno, Y tu? "Yo solo medio Ali Baba"). Primer rejon y a un hotel caro porque segun el no habia otro en la ciudad. Bueenoo, que le vamos a hacer... ma;ana sera otro dia.
Damasco recuerda un monton a Sevilla, los Omeyas dejaron su huella en las dos ciudades y por momentos me parecia que estaba en Espa;a. Visitas turisticas de rigor y una extra;a experiencia en un hamman (donde no entendi nada pero habia un rollo muy raro y sali sin lavarme) y a la carretera. Un par de noches en un Monasterio Cristiano en medio de la nada, donde me encontre con el nieto de un insigne seguntino, Manolo "el Mayoma", fui a una misa nocturna en mitad de las monta;as que supongo seria algo asi lo que vivian los primeros cristianos y asisti a unas conferencias interreligiosas en las que tampoco entendi nada porque la traduccion simultanea era desastrosa. Por el camino hice mis primeras colegas, 3 rusas que estudiaban arabe, asi que por coincidir con ellas me fui a una ciudad llamada Homs. Lo mas destacable aqui son los hoteles tan cutres que hay si no quieres dejarte 100 dolares por noche. El primero daba asco... en el segundo me quedaba pegado a unas sabanas que no conocian el agua. Cuando le dije al fulano de la recepcion que me las cambiara puso cara de loco y me dijo que si queria lavarlas que las lavara. Fue lo que hice. Desde aqui, con mis nuevas amigas, a visitar el Castillo de los Caballeros, fortaleza cruzada inexpugnable que Saladino tomo haciendo un agujero en el suelo al mas puro estilo Gallardon.
De Homs a Hama, la ciudad de las norias de agua. Aunque ya no hacen falta para llevar agua a las casas y las mezquitas siguen funcionando como atraccion turistica y haciendo un ruido de mil demonios que es lo que mas llama la atencion. De aqui paseo en taxi con el gran Abu Mustafa (el unico conductor majete que me he encontrado y que me conto un monton de cosas de Siria, sus tres hijos y me hizo planes para futuros viajes) hasta Latakia pasando por las ciudades muertas bizantinas (un terremoto acabo con los habitantes y su prosperidad) ahora sumergidas en un mar de olivos y al Castillo de Saladino, en mitad de las monta;as y donde cortaron la roca a pico para poder montar un puente levadizo como los de las peliculas.
En Latakia eche una semana. Playita, visitas turisticas moderadas, una noche de marcha con un sirio loco (fumar una pipa de agua en una terraza mientras me ense;aba fotos suyas pegando tiros con un rifle) y unos whiskies con un nuevo colega canadiense llamado Will (Un consumado viajero con un punto de vista peculiar: "Si he estado en la India, los peores 7 meses de mi vida!" o "Pablo, al final esto de viajar solo es un co;azo y me cansa tanto que no tengo energia para visitar nada!!", me dijo cuando volviamos de intentar visitar los cutre-clubes locales en los que era un experto).
De Latakia a Alepo, ola de calor que llega y varios paseos por la ciudad turisteando en plan rapido mas una merienda en casa de un sirio que me cogio haciendo dedo en las monta;as. Buen rollo para volver a Damasco a visitar a nuevos-viejos amigos. Un intento de conseguir visado para Espa;a y una noche con un guitarrista de blues iraqui mas tarde vuelvo a la carretera para visitar Palmira donde un barbero cachondo me aconseja dejarme el bigote que ahora luzco. Son estas unas de las ruinas mas importantes del pais y cada a;o las visitan miles de espa;oles. El mismo dia que yo dos grupos de unos 30. De aqui a Deir Zor para ver otras dos ciudades antiguas que hoy no son mas que piedras tiradas por el suelo con mas o menos acierto = Mari y Dora Europos. Esta ultima en medio del desierto. Murallas y puertas imponentes, dentro poca cosa pero andando hasta el extremo este... el Eufrates! Casi un expejismo. Bajo como puedo saltando la muralla y a ba;arme con unos paisanos en uno de los rios mas importantes de la historia. Buen rollo con la gente del pueblo y dos jovenes que me encargan una esposa espa;ola para cuando vuelva. Tomo nota!
De aqui a la frontera turca para intentar mojarme los pies en el Tigris, otro rio con solera, que roza el pais al noreste. Cuando llegue a la ultima parada de autobus no daban credito que un tipo hubiera venido hasta aqui solo para ver esto. Afortunadamente di con un oficial de policia majo que organizo la puja de los taxistas para llevarme y el que gano me acerco a lo que queda de un puente bizantino que en su dia tuvo que ser impresionante pero del que ahora tan solo queda un arco. Al otro lado del rio Turquia y las torretas de vigilancia de su ejercito. Por aqui mejor no cruzar.
Solo queda un castillo: Qa'laa al Jabaar, en plena presa sobre el Eufrates. Por el camino me hago amigo de Hasan que me lleva a su casa, me da de comer, juego con sus hijos que meten los juguetes en la mochila para venirse conmigo a Espa;a y por la tarde me acerca hasta el castillo despues de "obligarme" a quedarme a dormir en su casa. Ultima charla en Siria sobre lo parecidos que somos cristianos y musulmanes, noche bajo las estrellas y por la ma;anica camino de Alepo para lavar la ropa, ver la de japoneses que viajan solos sin casi hablarse aunque coincidan en el hostal y coger un autobus para cruzar la frontera hacia el Libano. De nuevo problemas en el lado sirio.
-De que trabajas?
-Periodista (error!). A bajarse del autobus y volver a la comisaria a explicar que era en una radio de Guadalajara poniendo musica y que ahora estudio arabe para ver si encuentro un trabajo donde me paguen mas. La cosa cuela y, al contrario que una familia libanesa a la que no dejaron salir del pais y alli se quedaron en la frontera, alrededor de las maletas, la madre y los cuatro hijos sin saber que hacer. Yo me monto en el bus y entro en el Libano donde un amable funcionario me regala un mes de estancia sin tener que pagar los 20 dolares, mas o menos, que cuesta el sello por chapurrear el arabe. Ale, un abrazo a todos y a pasarlo bien.
PD: Hay que ver lo que se parecen muchos sirios a los espa;oles o lo que nos parecemos nosotros a ellos. Con bigote algunos a algunos taxistas les costaba creer que no fuera sirio o libanes. A la hora de cobrarme ya parecia que se habian convencido.
PD 2: Hay que ver lo guapas que son las mozas sirias... y lo inalcanzables para un humilde turista sin recursos.